DE ALMA A ALMA - SEMANA DEL AMOR 💕
¿De quién nos enamoramos realmente? Y, sobre todo, ¿por qué nos fijamos tanto en lo externo en lugar de en el alma de una persona?
Podríamos pensar que el enamoramiento tiene dos grandes fuerzas; una inmediata y superficial (lo que vemos y percibimos de forma rápida) y otra profunda (lo que sentimos con el tiempo al conocer el interior de la persona). Lo externo—como la apariencia, la profesión, el estatus, el informe, el coche que conduce, incluso el tono de voz o la seguridad con la que alguien se mueve—es lo primero que captamos, porque nuestra mente está diseñada para identificar patrones, evaluar riesgos y recompensas de manera rápida. Nos han educado para asociar ciertos elementos externos con cualidades deseables como el éxito, la estabilidad, el atractivo. No nos han enseñado a ver más allá de eso.
Pero el alma... el alma no se percibe con la vista ni con los sentidos inmediatos. Se percibe con el tiempo, con la escucha, con la convivencia. Es ahí donde surge el verdadero amor, pero no siempre llegamos a esa fase porque nos quedamos atrapados en lo superficial. También influye el miedo, si nos enamoramos de lo externo, mantenemos una distancia segura; si nos enamoramos del alma de alguien, nos exponemos a una conexión mucho más profunda, que implica vulnerabilidad y compromiso.
Enamorasse del alma de una persona, implica ver más allá de sus imperfecciones. Ver su esencia, aquello que permanece incluso cuando todo lo demás cambia. Pero la mayoría de las personas no están acostumbradas a conectar a ese nivel. En nuestra sociedad, el amor se ha vuelto una cuestión de compatibilidades prácticas más que de conexiones profundas. Buscamos a alguien que "encaje" en nuestra vida más que a alguien cuya alma resuene con la nuestra.
Por eso, muchas relaciones no evolucionan al amor verdadero. Se quedan en el enamoramiento, que es más impulsivo, más inmediato, más basado en la ilusión de lo que creemos que el otro es. El amor, en cambio, se construye cuando conocemos el alma de alguien y decidimos quedarnos, aun cuando lo externo cambie.
Entonces, la pregunta es: ¿cómo aprendemos a enamorarnos del alma? Tal vez el primer paso es cambiar nuestra manera de mirar. En lugar de dejarnos deslumbrar por lo externo, podríamos practicar la observación real de la persona, su historia, sus heridas, sus sueños, su esencia. Y, sobre todo, atrevernos a ser vistos de la misma manera. Porque enamorarnos del alma del otro también implica permitir que alguien vea la nuestra. Y eso, para muchos, da más miedo que cualquier otra cosa.
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