EL CORAZÓN DEL ERIZO, AMAR A QUIEN SE PROTEGE CON PÚAS

Los erizos son pequeños, adorables, y al mismo tiempo… están llenos de púas.
Se enroscan sobre sí mismos cuando sienten peligro. Se protegen. No atacan, pero tampoco se dejan tocar fácilmente.

Con el tiempo me he dado cuenta que muchos actuamos así. Personas con el alma erizo.Tiernas por dentro, espinosas por fuera.No porque no sepan amar, sino porque han sido heridas.Y aprendieron que acercarse duele.

El erizo no es agresivo, es defensivo.
Cuando se sienten amenazados, se hace una bola de púas. Pero cuando se siente seguro, baja la guardia, se muestra, se deja acariciar.

Con las personas sucede igual. Algunas necesitan más tiempo, más espacio, más señales de seguridad. Se acercan con timidez, se alejan cuando sienten que algo se vuelve intenso, y muchas veces huyen del compromiso… no por desinterés, sino por miedo.

No saben cómo permanecer sin pensar que eso las puede destruir.

En la vida podemos encontrar muchas personas así,  incluso podemos ser una de ellas. Cuando un erizo se acerca a nuestra vida lo mejor que podemos hacer es tratarlos con amor,  abrir la puerta cuando quieren venir y no cerrarla cuando necesitan irse.Porque sé de dónde vienen sus púas. No me lo tomo personal. No lo juzgo.

A veces, lo más amoroso no es exigir permanencia, sino ofrecer presencia sin presión. Le recibo con tranquilidad. Le despido con tranquilidad.
Porque el alma, como el erizo, solo baja sus púas cuando sabe que no va a ser herido.

No forzar, no huir, solo estar
El amor verdadero sabe esperar.
Sabe entender sin controlar.
Sabe acompañar sin poseer.

No todo el mundo está listo para abrirse. No todo el mundo sabe amar sin miedo.
Pero todos merecemos tener un lugar donde volver… cuando nos animemos a bajar la guardia.

Si tú también tienes un corazón erizo cerca...
No te lo tomes personal. Las púas no son contra ti, son mecanismos antiguos de defensa. Sé constante, pero libre. Muestra que estás ahí, pero no invadas.
Ama desde tu centro, no desde la necesidad. Así no te pinchará el rechazo ni la distancia.

Ora por esa persona. Dios sabe cómo sanar lo que tú no puedes tocar.
Y si tú eres el erizo…
Recuerda: no todos los que se acercan lo hacen para herirte.
Dios quiere enseñarte que es seguro amar. Y que, poco a poco, puedes salir de la bola de púas… y volver a confiar.
PUEDES APOYAR ESTE CONTENIDO HACIENDO UN DONATIVO EN 

Puedes visitar mis canales de YouTube en

ladiosaquetehabita1

ladiosaquetehabita2




Comentarios

Entradas populares