JUPITER EN CÁNCER EXPANSIÓN EMOCIONAL Y ANCESTRAL


Júpiter es el planeta de la expansión, la verdad, el crecimiento espiritual y filosófico, y cuando entra en Cáncer, signo regido por la Luna, se impregna de una energía acuática, receptiva, emocional y profundamente ligada al pasado, la infancia y la familia.

Cáncer nos conecta con:
El hogar interno.
La madre y la figura materna.
Las memorias celulares, heredadas emocionalmente.
El refugio y la protección, pero también la herida y la dependencia.


Júpiter aquí expande todo eso. Y claro, no solo expande lo bonito y amoroso, sino también lo que está roto, escondido o reprimido.

Llevo como un mes notando explosiones de agresividad en el género masculino y esto es un síntoma de la energía femenina no sanada.

Esa agresividad, esa rabia que no encuentra cauce ni comprensión— podría verse como un efecto de la emergencia del arquetipo de la Madre herida y la energía femenina ignorada, negada o maltratada durante generaciones, especialmente dentro del mundo masculino.

Parte generacional  crecieron con la orden de negar lo emocional, de "ser hombres" a costa de amputarse la sensibilidad y la energía de cáncer los confronta con la falta de contención emocional real. Ya no pueden taparla con trabajo, con acción, con éxito.

Porque el alma pide reparación y no todos tienen herramientas ni lenguaje interno para sostener esa apertura. Y en vez de abrirse al llanto, al perdón o al reconocimiento de la herida, se activa el mecanismo defensivo más primario: la agresividad. Como si la psique gritara: “¡No me hagas sentir esto que tanto me dolió hace 40 años!”

El lado sombra que aflora: ¿una purga o un peligro?

Júpiter no solo expande: juzga, señala, ilumina lo que estaba a oscuras. Es el gran buscador de la verdad. Así que,  el lado sombra del masculino está saliendo a la luz, sobre todo el que nunca ha sabido sostener lo femenino en sí mismo. Pero ¡ojo! esto también se aprecia en la mujer, que ha negado su energía femenina y ha potenciado la masculina para competir en un campo que mayormente la lleva a la fatiga crónica.

Lo preocupante no es que salga —eso es inevitable y hasta sano—, sino que, no hay estructuras ni espacios suficientes para contener, comprender y transformar esa energía. Entonces se convierte en lo que vemos:

Rabia sin sentido.
Reacciones desproporcionadas.
Proyecciones dolorosas hacia mujeres, hacia hijos, hacia lo vulnerable.

Júpiter en Cáncer también nos da una oportunidad de sanación masiva, si sabemos mirar:

Trabajar el linaje materno y la relación con la madre interna, incluso si la madre real ya no está. Hay heridas de abandono, sobreprotección, exigencia emocional… que están pidiendo ser vistas y liberadas.

Crear espacios de contención emocional para los hombres y mujeres,  puedan explorar su feminidad herida sin ser juzgados. Grupos, terapia, escritura… cualquier forma simbólica que abra la puerta.

Hablar más de la madre no idealizada y no toda familia es hogar. Es momento de romper ese mito y reconocer las cicatrices que dejó la infancia, sin dramatismo pero con honestidad.

Recordar que Cáncer también es nutrición, y que podemos elegir ser nuestro propio refugio, no depender del otro para sanar.

Júpiter en Cáncer está expandiendo el inconsciente emocional colectivo, especialmente en lo que respecta a la madre, al hogar y a la energía femenina reprimida en lo masculino. Y en ausencia de conciencia, lo que emerge puede ser violento, irracional o profundamente doloroso.

Pero también hay una oportunidad:

Reconstruir el concepto de hogar desde adentro, dejar de idealizar a la familia, y permitir que lo femenino —en todos, no solo en mujeres— encuentre su cauce y su voz.

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