En este espacio podrás encontrar temáticas para ACTIVAR TU LUZ y en especial para equilibrar las energías. Recuerda siempre, eres dueño y responsable de tu vida y además dispones de tu libre albedrío, las decisiones solo te pertenecen a tí y en tí está la decisión de vivir en paz, armonía, bienestar y abundancia.
Si me dijeras que el ser humano no sabe el poder que tiene la luz, te respondería que tienes toda la razón. Y que esa es, tal vez, una de las grandes tragedias y también una de las grandes posibilidades de nuestra existencia. Y es que no sabemos el poder que tiene la luz
Vivimos como si la oscuridad fuera lo que nos define. Como si las heridas hablaran más fuerte que la esperanza. Como si el dolor fuera más real que la belleza. Nos acostumbramos a sobrevivir, a resistir, a protegernos, pero no nos enseñan —o nos lo hacen olvidar— que dentro de nosotros hay una luz inmensa. Una luz que no es metafórica, sino real: fuerza vital, conciencia, amor.
La luz no es solo lo que disipa la sombra. Es también lo que revela, lo que cura, lo que crea. Y sin embargo, le tememos. Porque la luz también nos muestra las partes dormidas, los sueños postergados, lo que podríamos llegar a ser si dejáramos de escondernos.
A veces no es la oscuridad lo que más nos asusta, sino nuestra capacidad de brillar. Porque si aceptamos nuestra luz, ya no hay excusas. Si reconocemos nuestra fuerza, tenemos que usarla. Y eso requiere responsabilidad, presencia, verdad. Entonces preferimos quedarnos pequeños, apagados, convencidos de que no somos suficientes, cuando en realidad somos portadores de un fuego inmenso.
La luz no como triunfo, sino como presencia
La luz no es una victoria. No es un lugar al que se llega. Es una forma de estar. Es el modo en que te tratas a ti mismo cuando nadie te ve. Es la ternura con la que eliges responder, incluso en medio del caos. Es la mirada que no juzga. Es la voz que inspira. Es el silencio que sostiene. La luz no siempre grita; a veces solo acompaña, suavemente, sin imponerse, pero sin desaparecer.
Somos hechos de luz y no lo sabemos
En lo más íntimo, en lo más sagrado, somos luz. Pero la hemos olvidado. La hemos cubierto con capas de miedo, culpa, exigencia. Creemos que la luz está afuera, en otros, en lugares lejanos. Y sin embargo, está dentro, esperando a ser reconocida.
Cuando recordamos la luz que somos, también recordamos que tenemos el poder de iluminar sin destruir, de sanar sin imponer, de transformar sin dominar. Ese es el verdadero poder: el de ser luz sin pedir permiso, sin miedo, sin condiciones.
Con cariño,
✨ Ladiosaquetehabita ✨
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