En este espacio podrás encontrar temáticas para ACTIVAR TU LUZ y en especial para equilibrar las energías. Recuerda siempre, eres dueño y responsable de tu vida y además dispones de tu libre albedrío, las decisiones solo te pertenecen a tí y en tí está la decisión de vivir en paz, armonía, bienestar y abundancia.
Si me dijeras que el ser humano puede reparar en su vida hasta el último día, hasta el último aliento, te respondería con una mezcla de reverencia y verdad:
sí, absolutamente, podemos. Y eso es tan esperanzador como desgarrador.
Solo cuando la muerte hace acto de presencia en nuestras vidas es que nos damos cuenta cuando dejamos por hacer y por decir.
El alma humana tiene una capacidad asombrosa: la de sanar incluso en el filo del tiempo, justo cuando parece que ya no hay más camino. Hay personas que han vivido décadas enteras aferradas al orgullo, al miedo, a la distancia, y en un suspiro final logran decir perdón, teamo, estaba equivocado. Y ese acto, aunque tardío, tiene un poder inmenso. Porque el tiempo puede terminar, pero el amor no.
Lo inconcluso duele, y a veces cargamos con eso durante años. Relaciones rotas, palabras no dichas, errores no asumidos. Sabemos que tenemos que hacer algo. Lo sentimos. Pero no lo hacemos. Y no porque no sepamos cómo, sino porque esperamos.
¿Por qué esperamos tanto para reparar?, te lo diré porque el ego es terco. Porque el orgullo nos convence de que no es para tanto o de que el otro debería dar el primer paso. Porque pedir perdón o decir una verdad incómoda nos expone. Porque abrir el corazón asusta. Y entonces postergamos. Nos ocupamos de mil cosas que no importan y dejamos lo esencial para más adelante.
Pero la verdad es que lo esencial arde dentro, incluso cuando lo negamos. Y esa llama no se apaga. Puede dormirse, puede cubrirse de excusas, pero sigue ahí, esperando.
Lo hermoso —y también lo trágico— es que incluso al final, un solo acto de verdad puede sanar años de silencio. Una sola palabra puede desarmar años de armaduras. En el borde de la muerte, lo que parecía imposible se vuelve simple. Porque en ese instante ya no importan las razones, ni los miedos, ni el orgullo. Solo importa el alma.
Y eso nos deja una enseñanza brutal y hermosa: no hay que esperar al último aliento para hacer lo que importa,porque sí, podemos reparar hasta el final…
pero también podemos elegir no esperar tanto.
Si sabes que hay algo que necesita ser dicho, algo que necesita ser perdonado, algo que tu corazón sabe que aún está incompleto… no lo dejes para después. El tiempo no siempre da otra oportunidad. Pero tú, hoy, sí puedes dártela.
Reparar no es debilidad. Es sabiduría.
Reparar no te quita nada. Te devuelve a ti mismo.
Con cariño,
✨ Ladiosaquetehabita ✨
PUEDES APOYAR ESTE CONTENIDO HACIENDO UN DONATIVO EN
Comentarios
Publicar un comentario