La búsqueda del divino femenino y divino masculino

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 Las almas viejas buscamos un amor profundo y significativo, no nos  conformamos con relaciones superficiales. Queremos un compañero con quien compartir la vida, crecer juntos y evolucionar espiritualmente. Tarea difícil  en un mundo donde las relaciones a menudo se basan en la atracción física o la conveniencia.

 Sentimos que venimos  a este mundo con un propósito o misión específica. Y  creemos  que encontrar el amor verdadero es parte de este viaje, ya que la tierra necesita la vibración del amor auténtico, pero reconocemos que no es el destino final. Ya que para ello no  significa que tengamos que  renunciar a nuestras metas o valores para estar en una relación.

 Buscamos un complemento, no un competidor, que sea inteligente, compasivo, espiritualmente consciente y que comparta sus valores.  No podemos obviar que venimos de relaciones dolorosas en el pasado y es por ello que  el compromiso es un requisito fundamental. 

Por norma general  las almas viejas a menudo no encajamos con las expectativas sociales,  lo que  puede dificultarnos el encontrar parejas potenciales que compartan nuestra perspectiva de la vida.

A pesar de todos los  desafíos sabemos que la persona adecuada está ahí fuera,ser pacientes, ya que las  conexiones profundas y duraderas llegan tras un largo camino de trabajo interior y de sanación de heridas. No esperamos a que alguien llene nuestros vacíos, si no alguien para compartir la felicidad, apoyo mutuo, permitiendo que cada uno pueda brillar con su luz propia, en beneficio de la relación, o sea  para el bien común.

No importa el tiempo o el espacio, las almas siempre se encontrarán porque así lo han pactado