HERA
LADIOSAQUETEHABITA
La esposa » La Gran Señora»
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¿ Quién fue Hera?
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¿ Quién fue Hera?
Muchas son las historias que circulan, que resaltan la cólera y la ira vengativa de Hera ante las continuas infidelidades de su esposo Zeus, y cómo, en vez de atacar a éste, su energía de rechazo y humillación era canalizada hacia las otras mujeres o hacia los hijos nacidos de estas infidelidades.
Hera representa la energía de la tradición, la autoridad, los rituales y el poder. Se la considera la diosa del matrimonio por excelencia. Para ella el matrimonio es sagrado. Una mujer que tenga un fuerte impulso por casarse, se sentirá desdichada e incompleta sin una pareja, de la misma forma que sin esa energía pasará por cortas relaciones, dejándolas a las primeras dificultades o cuando se pase el período del enamoramiento.
La fuente principal que tenemos que trabajar con Hera, es la de transformar las emociones y los sentimientos negativos, como los celos, la ira, la agresividad, el odio, el resentimiento, la envidia, la desconfianza, los deseos de venganza, el rencor o la irritabilidad, en amor. Esto es, que la mujer entienda que primeramente debe amarse y respetarse así misma, devolviéndola a un estado de generosidad, de compresión, de tolerancia y compasión, volviéndola más amable, paciente y suave. Y no menos importante, recuperando la capacidad de volver a amar. En segundo lugar, debe entender que el problema ha de solucionarse en su matrimonio y con su esposo, no con las terceras personas implicadas en el proceso. Este rasgo no es único a tener en cuenta por una infidelidad, también debe hacerse extensible para aquellas personas que se ven expuestas constantemente al odio o la agresividad de otros, o que de igual manera comparten estos sentimientos.
Trabajar con esta diosa, es trabajar con el equilibrio y las heridas del corazón.
Este arquetipo mal gestionado, con el tiempo, puede desembocar en enfermedades relacionadas con dolencias cardiacas.
Muchas son las historias que circulan, que resaltan la cólera y la ira vengativa de Hera ante las continuas infidelidades de su esposo Zeus, y cómo, en vez de atacar a éste, su energía de rechazo y humillación era canalizada hacia las otras mujeres o hacia los hijos nacidos de estas infidelidades.
Hera representa la energía de la tradición, la autoridad, los rituales y el poder. Se la considera la diosa del matrimonio por excelencia. Para ella el matrimonio es sagrado. Una mujer que tenga un fuerte impulso por casarse, se sentirá desdichada e incompleta sin una pareja, de la misma forma que sin esa energía pasará por cortas relaciones, dejándolas a las primeras dificultades o cuando se pase el período del enamoramiento.
La fuente principal que tenemos que trabajar con Hera, es la de transformar las emociones y los sentimientos negativos, como los celos, la ira, la agresividad, el odio, el resentimiento, la envidia, la desconfianza, los deseos de venganza, el rencor o la irritabilidad, en amor. Esto es, que la mujer entienda que primeramente debe amarse y respetarse así misma, devolviéndola a un estado de generosidad, de compresión, de tolerancia y compasión, volviéndola más amable, paciente y suave. Y no menos importante, recuperando la capacidad de volver a amar. En segundo lugar, debe entender que el problema ha de solucionarse en su matrimonio y con su esposo, no con las terceras personas implicadas en el proceso. Este rasgo no es único a tener en cuenta por una infidelidad, también debe hacerse extensible para aquellas personas que se ven expuestas constantemente al odio o la agresividad de otros, o que de igual manera comparten estos sentimientos.
Trabajar con esta diosa, es trabajar con el equilibrio y las heridas del corazón.
Este arquetipo mal gestionado, con el tiempo, puede desembocar en enfermedades relacionadas con dolencias cardiacas.
La Luna Llena
Flujo y reflujo, amigos o enemigos, abrirse o cerrarse. Iluminada por el sol, se produce un gran estimulo de las emociones donde todo queda al descubierto. Es un momento de totalidad, plenitud y fortaleza. Tiempo de abundancia, de emprender un negocio, engendrar un hijo, una idea, un proyecto. Momento propicio para hacerle ofrendas a la tierra. Nuestro esmero y dedicación dará como resultado el fruto de la semilla germinada. Luna azul, luna de la cosecha, luna de nieve o superluna, en definitiva, un faro que ilumina el cielo y despierta la magia en nuestro corazón. Es imposible no mirarla, contemplarla, deleitarse bajo el cielo en una noche de luna llena. Su misterio nos acompaña desde siempre. Existen muchos rituales que aprovechan esta fase podemos y que podemos realizar. Como darse un baño, bien sea en el mar o en tu hogar, acompañado de hierbas para la ocasión. O limpiar y recargar nuestras piedras. O meditar bajo su luz.
Puedes sentarte bajo su belleza e inhalar hasta que sientas que el calor se expande en tu corazón y sientas la belleza y la gratitud por el momento presente. Luego, puedes exhalar todo aquello de lo que te quieras liberar. Encender una vela o reunirse en círculo sagrado como antaño y enviar amor a toda la humanidad. También podemos imitarla y ser un faro de luz para los otros.
Brillamos con luz propia, pero nuestro brillo se puede intensificar si dejamos que los otros compartan su brillo, igual que la luna lo toma del sol.
Flujo y reflujo, amigos o enemigos, abrirse o cerrarse. Iluminada por el sol, se produce un gran estimulo de las emociones donde todo queda al descubierto. Es un momento de totalidad, plenitud y fortaleza. Tiempo de abundancia, de emprender un negocio, engendrar un hijo, una idea, un proyecto. Momento propicio para hacerle ofrendas a la tierra. Nuestro esmero y dedicación dará como resultado el fruto de la semilla germinada. Luna azul, luna de la cosecha, luna de nieve o superluna, en definitiva, un faro que ilumina el cielo y despierta la magia en nuestro corazón. Es imposible no mirarla, contemplarla, deleitarse bajo el cielo en una noche de luna llena. Su misterio nos acompaña desde siempre. Existen muchos rituales que aprovechan esta fase podemos y que podemos realizar. Como darse un baño, bien sea en el mar o en tu hogar, acompañado de hierbas para la ocasión. O limpiar y recargar nuestras piedras. O meditar bajo su luz.
Puedes sentarte bajo su belleza e inhalar hasta que sientas que el calor se expande en tu corazón y sientas la belleza y la gratitud por el momento presente. Luego, puedes exhalar todo aquello de lo que te quieras liberar. Encender una vela o reunirse en círculo sagrado como antaño y enviar amor a toda la humanidad. También podemos imitarla y ser un faro de luz para los otros.
Brillamos con luz propia, pero nuestro brillo se puede intensificar si dejamos que los otros compartan su brillo, igual que la luna lo toma del sol.
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