Tara Blanca

 Liberación

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Llega un momento en la vida en la que se hace necesario una purificación, no solo en nuestro interior sino también en nuestro exterior. Vivimos en un mundo caótico que cada uno va creando con sus acciones, pensamientos y sentimientos y con ello vamos creando atmósferas negativas, violencia, agresión, exceso de ruido, químicos, rapidez, inmediatez, intolerancia. Mucho se habla de las personas altamente sensibles, las cuales pareciera que no tienen la capacidad de ser resilentes en un mundo que debería ser un oasis de paz en vez del campo de batalla que hemos creado, así, no es de extrañar que, a cada paso de nuestra vida tengamos que consultar con un profesional. Y es que, al no respetar nuestra sensibilidad hemos perdido el contacto con nuestro mundo interior, desconectados de nosotros mismos se hace difícil escuchar nuestra brújula, nuestra guía y por ende afrontamos nuestro día a día como títeres sin cabeza arrastrados por una vorágine que nos impide vivir en paz y en armonía. A cada paso nuestro cuerpo nos manda señales que obviamos, para tomar distancia de aquello que nos aleja de nuestro ser interno, bloqueando nuestra consciencia física y espiritual. No podremos permanecer mucho tiempo en la realidad que hemos creado, vamos camino hacia nuestra propia destrucción. En este punto se hace necesario espiritualizar el mundo frío y material que nos domina. De nada sirve vivir vidas largas sino son pacíficas, ello se convierte en un martirio para nuestro cuerpo y nuestra alma. Salvo que seas un ermitaño y te puedas permitir vivir en las montañas, tendremos que madurar para encontrar el camino de vuelta a casa.

Meditación Budista.

Que todos los seres sintientes tengan felicidad y sus causas.
Que todos los seres sintientes se liberen del sufrimiento y sus causas.
Que todos los seres sintientes nunca se separen del gozo que carece de aflicción.
Que todos los seres sintientes moren en la ecuanimidad, libres de prejuicios, apego y enojo.