EL MATRIMONIO - SEMANA DEL AMOR 💕
En las dinámicas matrimoniales tradicionales, a menudo hay una dependencia entre los cónyuges que no solo afecta su relación, sino que también termina involucrando a los hijos en roles que no les corresponden.
El matrimonio como espacio de dependencia
En muchas parejas, especialmente en generaciones anteriores, se ha instalado un modelo donde uno de los dos asume un rol más activo en la toma de decisiones y el otro se acomoda en una posición de dependencia. Esto puede verse en cosas tan simples como el manejo del dinero, las tareas del hogar o, la disposición a hacer ciertos esfuerzos individuales.
El problema es que cuando uno de los dos necesita apoyo, en lugar de recurrir al otro –con quien ha construido una vida y quien ha sido su compañero en todo momento–, buscan a los hijos como si fueran una extensión natural de esa relación. Pero, los hijos no hicieron el pacto de "en la salud y en la enfermedad"; eso fue entre los esposos.
¿Por qué los padres miran hacia los hijos en lugar de apoyarse entre ellos?
Hábitos de dependencia
Muchas parejas han vivido tantos años delegando ciertas responsabilidades en el otro que, cuando surge una crisis, no saben enfrentarlas juntos. Si uno siempre ha asumido el rol de protector y el otro de protegido, cuando hay una dificultad, en vez de resolverla entre ellos, buscan un "tercero" que lo haga.
Cultura de la sobreprotección familiar
En muchas sociedades, existe la idea de que los hijos siempre deben estar para sus padres, sin importar su propia vida. Se confunde el amor con la obligación, y muchas veces los padres sienten que es normal esperar que los hijos "recojan el relevo" de su relación.
Miedo al cambio y a la responsabilidad personal
Y aquí entra en juego el tema del confort y la evitación. Muchas personas prefieren que otros resuelvan por ellas en vez de asumir su propia responsabilidad.
Si desde siempre los padres han visto a los hijos como su principal fuente de apoyo, es difícil cambiar esa dinámica. En algunos casos, incluso los padres pueden manipular emocionalmente para recibir esa atención, apelando a la culpa o la obligación.
El impacto en los hijos
Cuando los padres trasladan a los hijos responsabilidades que deberían resolverse dentro del matrimonio, los hijos terminan asumiendo cargas que no les corresponden. Esto puede generar:
Agotamiento emocional y físico.
Conflictos con sus propias parejas y familias.
Sentimientos de culpa por no "estar siempre disponibles".
Frustración al ver que sus padres no se apoyan entre ellos.
¿Cómo romper con esta dinámica?
Reconocer los límites
Los hijos no son cuidadores ni responsables de los problemas de pareja de sus padres. Es válido ayudar, pero no a costa del propio bienestar.
Fomentar la independencia en los padres
Es importante que los padres sigan activos e independientes el mayor tiempo posible. No se trata de abandonarlos, sino de hacerles ver que aún pueden resolver sus asuntos sin depender de los hijos.
Hablar claro y poner límites
Muchas veces, los padres ni siquiera se dan cuenta de que están trasladando sus responsabilidades a los hijos. Una conversación honesta puede hacerles ver que deben buscar primero el apoyo en su pareja.
Fomentar la responsabilidad en la pareja
Si un cónyuge se acostumbra a delegar todo en el otro, es momento de cambiar esa dinámica. Un matrimonio sano es aquel donde ambos se apoyan mutuamente y no necesitan buscar soluciones fuera de la relación para problemas internos.
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