ENTRADA DEL SOL EN PISCIS
La entrada del Sol en Piscis marca el cierre del ciclo zodiacal y un momento de profunda sensibilidad, intuición y transformación interna.
Piscis es el signo de lo intangible, de los sueños, la espiritualidad y también de la ilusión. Cuando el Sol entra en este signo, se ilumina el proceso de disolución de viejas estructuras y la necesidad de rendirse a lo que es, dejando atrás las fantasías y las resistencias.
La curva que se va a hacer durante este período
Cuando el Sol transita por Piscis, el camino no es recto ni lógico, sino más bien sinuoso y a veces confuso. Es un tiempo en el que las emociones se amplifican y las verdades ocultas comienzan a salir a la superficie, pero no de manera brusca, sino como una niebla que poco a poco se disipa. Estamos en la fase final del año zodiacal, lo que significa que este es un tiempo de cierre, de limpieza interna y de preparación para el nuevo ciclo que comienza con Aries.
El dejar de vivir en la ilusión
Piscis rige la fantasía, los sueños y también las escapatorias. Para muchos, este tránsito será un llamado a despertar, a dejar de aferrarse a realidades que ya no existen o que nunca fueron reales. La disolución de viejas creencias y estructuras puede ser dolorosa, especialmente para quienes han construido su identidad en base a ellas. Es un momento en el que las máscaras caen, y eso puede ser difícil de afrontar.
Muchas personas no van a soportar ver la realidad
El despertar de la conciencia no es fácil para todos. Algunos se aferrarán con más fuerza a sus ilusiones, resistiéndose a aceptar que el mundo tal como lo conocían está cambiando. Pueden volverse más escapistas, refugiándose en distracciones, adicciones o idealismos extremos. Otros pueden sentirse abrumados por la verdad, incapaces de lidiar con la incertidumbre y la falta de control.
Muchas personas se aferran a un mundo que se está cayendo
Vivimos un período de grandes cambios a nivel colectivo. Las viejas estructuras están colapsando, no solo en lo social y político, sino también en lo espiritual y en lo personal. Piscis nos invita a soltar, a rendirnos a la corriente de la vida y a confiar en que el caos es parte del proceso de renacimiento. Sin embargo, muchos se resistirán a este proceso, intentando sostener lo insostenible. Es natural que haya miedo al cambio, pero la energía de Piscis nos recuerda que todo es cíclico y que, para que algo nuevo nazca, primero algo viejo debe morir.
Este tránsito del Sol nos lleva a un punto en el que debemos decidir: ¿seguimos aferrados a un mundo que se desmorona, o nos permitimos fluir con la transformación? Piscis es el signo del agua y nos enseña que la rigidez solo genera sufrimiento. Quien intente sostener estructuras caducas solo experimentará más dolor, mientras que quien acepte la incertidumbre encontrará nuevas posibilidades.
Este periodo nos desafía a ver más allá de lo material, a conectar con la intuición, a desarrollar la fe (no desde la ceguera, sino desde la confianza en los procesos de la vida).
Nos está pidiendo que soltemos el control y nos entreguemos a la transformación, aunque no sepamos exactamente hacia dónde nos lleva. Piscis representa la disolución del ego, el final de un ciclo donde debemos dejar atrás lo que ya no nos sirve para prepararnos para el nuevo comienzo
La crisis global que estamos viviendo es un reflejo de esto: viejas formas de poder, sistemas de creencias, maneras de vivir que han llegado a su límite. La ilusión de estabilidad se desvanece y, para quienes no estén preparados para ver la verdad, la desesperación puede ser abrumadora.
Este es un momento de rendición, pero no en el sentido de derrota, sino de aceptación. Es un tiempo para reconocer lo que realmente importa, para escuchar la intuición y permitir que la vida nos guíe sin forzar nada. Piscis nos muestra que la verdadera seguridad no está en lo externo, sino en la conexión con nuestra esencia y con algo más grande que nosotros mismos.
Para quienes puedan abrazar esta energía, la entrada del Sol en Piscis será una oportunidad de sanación, de cerrar heridas del pasado, de soltar el sufrimiento que proviene de la resistencia. Para quienes sigan luchando contra la corriente, será un tiempo de confusión y caos.
Este tránsito es una invitación a confiar en el flujo de la vida, a dejar ir las ilusiones que nos limitan y a prepararnos para un renacer. Solo aquellos que se atrevan a soltar lo viejo podrán recibir lo nuevo con los brazos abiertos.
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