YA NO ERES MI KARMA
La luna llena del domingo 13 de abril de 2025 en Libra tuvo un simbolismo muy especial. Las lunas llenas marcan culminaciones emocionales, revelaciones y momentos de claridad, y cuando ocurren en Libra, el signo de las relaciones, el equilibrio y la justicia, el foco se dirige inevitablemente a los vínculos que compartimos con otros.
Libra es un signo de aire, regido por Venus, por lo tanto esta lunación estuvo cargada de temas relacionados con:
Relaciones de pareja y asociaciones importantes.
Necesidad de equilibrio emocional en los vínculos.
Búsqueda de armonía, pero también confrontación con lo que ya no está en balance.
Durante esta luna llena, muchas personas pudieron experimentar una necesidad de soltar relaciones que ya cumplieron su ciclo —de ahí la conexión con el karma.
¿Por qué se asocia con el karma y el retorno de personas del pasado?
Las lunas llenas iluminan lo que ha estado oculto, y cuando caen en signos sociales como Libra, suelen exponer dinámicas antiguas o patrones repetitivos en nuestras relaciones. Si una relación no estaba alineada con tu crecimiento, este fue un momento ideal para liberarla.
En astrología, cuando una luna llena ocurre y hay planetas retrógrado, pueden regresar personas con las que hay temas pendientes. Esto no siempre es para retomar una relación, sino a veces para cerrarla de forma consciente.
Libra representa la balanza. Esta lunación puede haber traído justicia emocional, el "ajuste" de cuentas energéticas. Por eso es común que alguien diga: “Ya cumplí con mi karma contigo”, porque se siente una especie de liberación emocional.
Si notaste emociones intensas, reencuentros inesperados o finales definitivos en relaciones —especialmente de tipo romántico—, esta luna pudo haber sido una gran catalizadora.
Ya no eres mi karma,
ni el eco que me persigue en las noches largas.
Te devuelvo tu caos, tus idas y venidas,
tu forma de amar a medias, con prisas.
Ya no quiero hierba mala en mi jardín,
no más raíces que envenenan mi tierra.
He sembrado calma, he regado luz,
y no permitiré que nadie me la quiebre.
No voy a volcar mi energía
en quien no desea transformarse.
No soy refugio de tormentas
ni hogar temporal de quien no se queda.
Las conexiones que se enturbian con el tiempo
no eran destino, eran lecciones.
Y yo, que ya he aprendido,
elijo la claridad, elijo el silencio.
Ahora protejo mi paz como un templo,
mi luz como un faro que no se apaga.
No me hace falta que vuelvas,
porque por fin, me tengo a mí.
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