DIOS Y LA IRA
"Dios es lento en su ira y rápido en su compasión" resalta la paciencia, la justicia y la infinita misericordia de Dios. Él no actúa de manera impulsiva o destructiva, sino que da tiempo para la reflexión, el arrepentimiento y la reconciliación. Al mismo tiempo, su compasión está siempre lista para abrazar a aquellos que buscan Su perdón, ofreciendo consuelo y restauración. Este entendimiento de la naturaleza divina debe influir en nuestra forma de vivir y de relacionarnos con los demás, buscando siempre la paz, el perdón y el entendimiento en lugar del juicio apresurado y el resentimiento.
Por ejemplo, en Éxodo 34:6, se dice: "Y pasó Jehová por delante de él, y proclamó: Jehová, Jehová Dios, fuerte, misericordioso y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad." Este versículo muestra que, aunque Dios es justo y su ira es una respuesta legítima ante el pecado, Él es paciente, da tiempo y espacio a las personas para que se arrepientan y se reconcilien con Él.
Él no quiere la condenación, sino la restauración. La paciencia divina permite que todos tengan oportunidad de arrepentirse y cambiar de camino. Esto es un contraste con nuestra tendencia humana a ser impulsivos o a reaccionar rápidamente cuando nos sentimos ofendidos o maltratados.
A pesar de las veces en que el ser humano se aparta de Él o elige el mal, Dios está siempre dispuesto a ofrecer Su perdón y Su amor. Su compasión no tiene límites y se extiende rápidamente hacia aquellos que se acercan a Él con un corazón arrepentido.
En Salmo 103:8, encontramos una expresión de esta compasión: "Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia." La misericordia de Dios es inagotable, y cuando Él muestra compasión, es como un refugio inmediato, una respuesta rápida para restaurar, perdonar y levantar al caído. No es necesario esperar mucho para experimentar el consuelo divino cuando uno se arrepiente sinceramente.
Él sabe cómo sanar el corazón herido, cómo restaurar la vida quebrantada, y está dispuesto a actuar rápidamente cuando alguien se acerca a Él con humildad y fe. Esta rapidez de su compasión está vinculada a su naturaleza infinita, que no tiene límites ni barreras cuando se trata de mostrar Su amor.
Este atributo de Dios nos llama a reflexionar sobre cómo reaccionamos ante los demás. Como cristianos, estamos llamados a imitar a Cristo, quien mostró paciencia y compasión en abundancia. Jesús mostró una gran misericordia y estuvo dispuesto a perdonar incluso a aquellos que lo crucificaron, como vemos en su perdón hacia el ladrón en la cruz (Lucas 23:43).
En un mundo lleno de conflicto, juicio y condena, ser rápidos para perdonar y mostrar misericordia es un reflejo del carácter divino. Nos recuerda que, al igual que Dios es lento para la ira, debemos ser lentos para juzgar a los demás, mientras que, en contraste, debemos ser rápidos para ofrecer perdón y compasión.
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