LAS TRES ETAPAS DEL ALMA
Te comparto con mucho gusto la visión de Rudolf Steiner a cerca de las tres etapas del alma en la evolución del ser humano. La postatlante (es decir, después de la época mítica de la Atlántida). Estas etapas corresponden al desarrollo interior del ser humano a lo largo de distintas épocas culturales. Esto nos ayudará a entender el periodo que vivimos como humanidad y el porqué se tiende tanto al individualismo
Alma sensible (alma sensitiva)
Predomina en la época egipcio-caldea (aprox. 2900 a.C. – 747 a.C.)
Es el alma que se relaciona con el mundo a través de los sentidos y los sentimientos. Vive influida por imágenes, sueños, mitos, impulsos del alma grupal. Tiene un vínculo directo y vivencial con lo espiritual, pero todavía poco individualizado.
Alma racional o afectiva (alma racional-sentiente)
Predomina en la época grecolatina (747 a.C. – 1413 d.C.)
El alma empieza a pensar por sí misma, se desarrolla el juicio, la lógica, el sentido ético personal. Es la cuna de la filosofía y el pensamiento autónomo, aunque aún impregnado de emoción.
Alma consciente
Comienza a desarrollarse desde la época actual (desde el Renacimiento, 1413 d.C., hasta aproximadamente el 3573)
Aquí el ser humano empieza a buscar la verdad por su propia experiencia consciente, con creciente libertad interior. Es el alma que se observa a sí misma. La ciencia moderna y la autoconciencia son frutos de esta etapa
¿Qué viene después?
Después del desarrollo del alma consciente, según Steiner, comienza la formación del Yo espiritual, que se manifiesta en etapas superiores del ser:
El Yo espiritual (Manas), es el resultado de que el ser humano tome su Yo individual (el yo egoico o personalidad) y lo transforme libremente en un yo ético y espiritualizado. No se trata de abandonar el yo, sino de purificarlo, pulirlo y elevarlo, hasta que refleje la verdad espiritual.
Se desarrolla através de pensamientos verdaderos, que no vienen del interés personal, sino de la búsqueda pura de la verdad. Por medio del arte, la contemplación y la meditación.
Cuando el ser humano actúa desde la compasión y la libertad moral, no desde la reacción o la costumbre, entonces uno empieza a ver más allá de lo aparente. El mundo deja de ser solo materia y se convierte en expresión del espíritu. El Yo espiritual es el primer paso de la "resurrección" del ser humano como ser libre y eterno.
El Espíritu de Vida (Budhi), representa la transformación del cuerpo etérico o vital, es decir, la fuerza que da vida, crecimiento y regeneración al cuerpo. En el estado actual, esta fuerza es inconsciente, pero en el futuro podrá ser conducida por el Yo con sabiduría. Se desarrolla por medio del servicio desinteresado, el amor incondicional, el sacrificio consciente, cuando uno se convierte en canal de sanación, de vida, de equilibrio para otros seres y para la naturaleza.
A través de una vida en armonía con las leyes espirituales, uno ya no vive solo para sí, sino que su vida se vuelve fuerza vivificadora para el mundo. Es como si se transformara en un portador de vida y sentido para su entorno.
El Hombre Espíritu (Atman), es la transformación del cuerpo físico por parte del Yo, hasta que incluso la materia misma se convierte en expresión del espíritu. Es el objetivo más lejano y elevado: la divinización del ser humano completo. Como digo este proceso es muy lejano aún en la evolución humana general, aunque ciertas personas avanzadas ya lo hayan comenzado.
Esto implica una vida completamente unificada con el Ser superior o Cristo interior. Se logra cuando el ser humano deviene plenamente creador espiritual, como un "hijo de Dios" consciente y activo. En este punto el ser humano deja de ser un ser caído o incompleto, y se convierte en templo viviente del espíritu, en co-creador con las fuerzas divinas.
Estas tres no son almas, sino miembros espirituales superiores del ser humano, y representan etapas futuras en el camino de evolución espiritual.Constituyen lo que Steiner llama la parte eterna y espiritual del ser humano, la que está destinada a desarrollarse a lo largo de muchas encarnaciones futuras.
¿Qué papel tiene el Cristo en este proceso?
Muchas personas esperan la segunda venida de Cristo sin entender aún que esa venida viene a través del corazón de cada uno de nosotros cuando activamos esa energía.
Según Steiner, el Cristo no es solo una figura histórica, sino una entidad cósmica espiritual que acompaña y potencia esta evolución. Él aporta la fuerza necesaria para que el Yo pueda atravesar el egoísmo, la muerte y la separación, y renazca como Yo Espiritual.
Por eso, en la antroposofía, el evento del Gólgota (la muerte y resurrección del Cristo) es un punto central en la evolución humana, no como dogma religioso, sino como realidad espiritual transformadora.
En la antroposofía, la biografía humana no es una serie de hechos al azar, sino un camino estructurado de desarrollo del Yo. Y dentro de este camino, las tres transformaciones espirituales —Manas (Yo espiritual), Budhi (Espíritu de vida), Atman (Hombre espíritu)— comienzan a insinuarse y desarrollarse a lo largo de la vida, incluso aunque no estén completamente realizadas.
Veamos cómo se manifiestan en la biografía personal, de forma general y simbólica.
Etapas biográficas y el despertar de los miembros superiores del ser
1. Del nacimiento hasta los 21 años: Formación de los cuerpos
0–7 años: desarrollo del cuerpo físico (fuerza de crecimiento, imitación)
7–14 años: desarrollo del cuerpo etérico (memoria, hábitos, imaginación)
14–21 años: desarrollo del cuerpo astral (vida emocional, idealismo, lucha interior)
**Aquí todavía no aparece claramente el Yo espiritual, pero se preparan sus bases.
2. De los 21 a los 42 años: Individualización del Yo
21–28: el yo empieza a afirmarse (vida social, estudios, búsqueda de identidad)
28–35: crisis de sentido, búsqueda de coherencia, cuestionamiento de los valores heredados
35–42: surge con más fuerza la necesidad de autenticidad, y de vivir según el propio llamado interior
**Aquí empieza a manifestarse el Yo espiritual (Manas)
Surgen preguntas del tipo:
¿Quién soy más allá de mis roles?
¿Qué es lo verdadero?
¿Qué valores me guían, libremente?
Puede haber una crisis existencial (a menudo entre los 35–42), que indica el choque entre el yo egoico y el Yo profundo.
**Las personas comienzan a buscar una vida más consciente, ética, libre de automatismos.
3. De los 42 a los 63 años: Apertura espiritual y madurez del alma
**Aquí pueden comenzar los indicios del desarrollo de Budhi (Espíritu de vida)
El alma ya no solo busca comprender, sino servir, sanar, armonizar.
A menudo aparece una vocación profunda de ayudar a otros: educar, cuidar, transmitir.
El amor se vuelve menos condicionado, más compasivo.
A veces aparecen enfermedades o pérdidas que obligan a dejar atrás el ego y vivir desde el alma esencial.
Esto no significa que todos lo vivan igual, pero es una posibilidad arquetípica.
4. Después de los 63 años: Sabiduría, legado y transformación
Aquí pueden aparecer semillas del desarrollo de Atman (Hombre Espíritu)
La persona puede volverse más serena, esencial, silenciosa, como si comenzara a irradiar espíritu más que actuar. En muchos ancianos sabios se percibe una luz o paz que ya no depende de la personalidad. También hay quienes preparan su muerte como un acto consciente, como una transición espiritual.
Estas manifestaciones no dependen de la edad cronológica, sino del ritmo interior del alma. Algunas personas ya muestran algo de Budhi o Atman a los 30. Otras aún no despiertan Manas a los 60. Todo está en evolución.
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