CHRONOS Y KAIROS DOS MOMENTOS PARA VIVIR NUESTRO TIEMPO
En nuestra vida cotidiana, el tiempo se nos escapa entre los dedos. Nos movemos entre horarios, agendas, relojes, recordatorios. Esta es la dimensión del tiempo que los griegos llamaban chronos: el tiempo cuantitativo, secuencial, medible. Es el tiempo que organiza nuestros días y estructura nuestras rutinas. Sin él, el mundo moderno no funcionaría. Pero si vivimos únicamente desde el chronos, algo en nosotros empieza a desconectarse. Nos volvemos prisioneros del deber y del hacer. El alma comienza a secarse.
Frente a este tiempo lineal y humano, la Biblia nos invita a despertar a otro tipo de tiempo: kairos. Kairos no se mide con relojes ni calendarios. Es el tiempo cualitativo, el momento oportuno, el instante en que lo eterno toca lo cotidiano. Es un tiempo sagrado, donde lo invisible se manifiesta, donde la vida cobra un sentido más profundo. El kairos no se planifica, se percibe, se siente. Hay que estar despiertos para reconocerlo.
Chronos es el tiempo del hombre y la palabra "chronos" aparece indirectamente en la Biblia cuando se hace referencia a días, años, estaciones. Es el tiempo de la historia, el tiempo de la vida humana. Cuando se nos dice “Hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir… un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar” (Eclesiastés 3:1-8), se nos está hablando desde el orden del chronos. Este tiempo es necesario. Nos permite habitar el mundo. Pero también puede convertirse en una jaula si lo absolutizamos.
En nuestra cultura, estamos tan insertos en el tiempo cronometrado que hemos perdido la capacidad de percibir la calidad espiritual del momento presente. Vivimos acelerados, productivos, ansiosos. Y sin darnos cuenta, corremos el riesgo de estar siempre ocupados, pero nunca presentes.
Kairos es el tiempo de Dios y en cambio, este si aparece en la Biblia como el tiempo de intervención divina. Es el momento en que Dios actúa, en que algo crucial ocurre. Por ejemplo, en Marcos 1:15, Jesús proclama: “El tiempo se ha cumplido (kairos) y el Reino de Dios se ha acercado. Arrepiéntanse y crean en el evangelio.” Aquí no se refiere a una fecha en el calendario, sino a un momento cargado de significado. Algo está ocurriendo ahora, y hay que estar atentos.
El kairos es también el tiempo de la transformación interior. No tiene lugar en el calendario, sino en el corazón. Es ese instante en que una persona, después de años de vivir en automático, despierta, se quiebra, comprende, se rinde, o elige de otra manera. No lo podemos fabricar. Solo lo podemos recibir.
Vivir atrapados en el chronos nos fragmenta. Nos hace vivir solo desde la mente, desde la lógica del control. Pero la verdadera transformación se da en el kairos, cuando soltamos, cuando nos alineamos con un ritmo más profundo que no depende de nuestra voluntad. Esto requiere silencio, escucha, interioridad. No se trata de huir del mundo, sino de habitarlo desde otra profundidad.
Jesús mismo vivía en ambos tiempos. Se movía en el chronos, caminaba con sus discípulos, celebraba fiestas, recorría ciudades. Pero respondía al kairos: “Mi hora aún no ha llegado”, decía con frecuencia. Él sabía que había un momento justo para cada cosa, un ritmo marcado no por la prisa del mundo, sino por la voluntad del Padre.
Ejemplos bíblicos de kairos que podemos encontrar:
El Éxodo: El pueblo de Israel salió de Egipto en el “tiempo señalado”. No fue un escape cualquiera, fue un kairos, un momento en que Dios se manifestó con poder.
Pentecostés: El Espíritu Santo descendió “cuando llegó el día de Pentecostés” (Hechos 2:1). No fue simplemente un día más en el calendario. Fue un kairos, una irrupción del cielo.
La conversión de Pablo: Camino a Damasco, Pablo es derribado. Ese instante —totalmente inesperado— transforma su vida para siempre. No fue planeado, fue kairos puro.
Abrirnos al kairos hoy
Cada persona atraviesa momentos donde el tiempo parece detenerse. A veces es una enfermedad, una crisis, una pérdida, un encuentro, una intuición profunda. Si somos sensibles, podemos reconocer que hay un llamado detrás de todo eso. Es Dios diciendo: “Este es tu momento. Escucha. Detente. Cambia. Vuelve a mí.”
Pero para vivir el kairos, hay que salir del automatismo del chronos. No se trata de despreciar el tiempo humano, sino de recordar que hay un tiempo más profundo dentro del tiempo. Como si detrás del escenario de nuestra vida hubiera un guion secreto, una melodía que solo se oye en el silencio.
¿ Y tú en qué tiempo vives? Yo intento estar menos en el CHRONOS y más en el KAIROS
Con cariño,
✨ Ladiosaquetehabita ✨
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