LA PRÁCTICA DE SANAR, LA SANACION COMO UN PROCESO NO COMO UN DESTINO

La sanación no es un lugar al que llegamos, sino un camino que transitamos. No es una línea de meta que se cruza, sino una práctica continua, un proceso que se entrelaza con la vida misma.

Vivimos por y para  una cultura que nos empuja a buscar resultados inmediatos y finales claros. Queremos superar un dolor, cerrar una herida, como si fueran tareas pendientes que se tachan de una lista. Pero la sanación —emocional, mental, espiritual— no se ajusta a esa lógica. No se trata de arreglarnos para volver a ser quienes éramos antes de la herida, porque muchas veces la experiencia del dolor nos transforma de forma irreversible. La sanación, entonces, no es volver atrás, sino aprender a vivir con lo que fue, a veces integrándolo, a veces aceptándolo simplemente como parte de nuestra historia.

Sanar implica compromiso con uno mismo, presencia y paciencia. Es un acto que se repite, como respirar o meditar. A veces, es cuidar de una herida que ya no sangra, pero aún duele cuando se toca. Otras veces, es aprender a reaccionar de otra forma ante lo que antes nos destruía. Es volver, una y otra vez, a mirarnos con compasión. No es lineal. Hay avances y retrocesos. Hay días de claridad y días de oscuridad. Pero cada vez que elegimos escucharnos, respetar nuestros ritmos, poner límites, pedir ayuda o simplemente descansar, estamos practicando la sanación.

La herida como maestra

Algunas heridas no desaparecen, pero dejan de gobernarnos. Aprendemos a sostenerlas sin que nos definan. A reconocerlas sin que nos paralicen. En este sentido, sanar también es aprender a convivir con lo que no se puede cambiar, sin rendirnos ni resignarnos. Es un equilibrio delicado entre transformación y aceptación.

En mi experiencia he aprendido que cada etapa de la vida nos invita a sanar desde un lugar nuevo. Las relaciones, las pérdidas, las alegrías, los logros… Todo puede ser un espejo que refleja lo que aún no hemos resuelto o lo que estamos listos para soltar. Y así, la vida misma se convierte en una maestra silenciosa.

Con cariño,

✨ Ladiosaquetehabita ✨

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