LA ESCRITURA COMO TERAPIA EMOCIONAL- SANAR A TRAVÉS DE LA PALABRA
En un mundo donde las emociones muchas veces se reprimen o se esconden tras rutinas aceleradas, la escritura emerge como una herramienta poderosa de sanación. No se necesita ser escritor, poeta ni periodista. Solo se necesita algo de honestidad, un papel (o una pantalla) y la voluntad de enfrentarse a uno mismo.
La escritura como terapia emocional no es un invento moderno ni una moda pasajera: es una práctica respaldada por la psicología que puede ayudarnos a procesar, liberar y resignificar lo que sentimos.
Cuando atravesamos una crisis, un duelo, una ruptura o simplemente una etapa de ansiedad o confusión, las palabras que no se dicen pueden quedarse atrapadas dentro. Escribir nos permite darle forma a lo que sentimos. El solo hecho de traducir pensamientos en lenguaje nos obliga a detenernos, identificar emociones y establecer un cierto orden interno.
La psicología ha investigado este fenómeno desde hace décadas. James Pennebaker, psicólogo estadounidense, demostró que la escritura expresiva – esto es, escribir sobre nuestras emociones más profundas durante 15 a 20 minutos durante varios días consecutivos– puede generar mejoras significativas en la salud emocional y física. Las personas que practican este tipo de escritura reportan menos estrés, mejor estado de ánimo y, en algunos casos, hasta un fortalecimiento del sistema inmunológico.
Uno de los grandes errores que impiden a muchas personas explorar esta herramienta y lo digo por experiencia es creer que debemos escribir bien, sin errores, con buena ortografía o estilo, soy un desastre en gramática.Perob nada de eso importa. La escritura terapéutica no busca ser compartida, publicada ni juzgada. Es personal, íntima y libre. Puedes escribir a mano, en el celular, en una computadora, en una servilleta o en una libreta vieja. Puedes repetir palabras, rayar lo que no quieras, escribir con rabia o con lágrimas. Todo está permitido.
Hay muchas maneras de incorporar la escritura emocional a nuestra vida diaria.
A través de:
Un diario emocional: Escribe cada noche (o cada vez que lo necesites) sobre lo que sentiste durante el día. No tanto lo que hiciste, sino cómo te sentiste.
Cartas no enviadas: Redacta cartas a personas con las que tienes conflictos, heridas o temas no resueltos. No es necesario que las entregues: el objetivo es vaciarte de eso que cargas.
Listas de gratitud: Escribir cada día tres cosas por las que estás agradecido puede cambiar tu enfoque mental y ayudarte a valorar lo cotidiano.
Diálogos internos: Escribe como si tuvieras una conversación contigo mismo. Pregúntate cómo estás, qué necesitas, qué deseas sanar.
Beneficios emocionales de escribir
El autoconocimiento, nos ayuda a entender nuestros propios procesos internos.
Regulación emocional, al escribir, puedemod canalizar emociones intensas de forma segura.
Reducción del estrés ya que nos permite sacar lo que nos oprime por dentro.
Llega la claridad mental, es más fácil tomar decisiones cuando hamod puesto nuestros pensamientos por escrito.
A veces, solo necesitamos ser escuchados libres de juicio, crítica, opiniones o consejos que no hemos pedido y al escribir nos escuchamos a nosotros mismos.
Soy consciente y a través de años de experiencia y noches oscuras del alma que no todos los problemas se resuelven escribiendo. Pero muchas veces, escribir puede ser el primer paso para entendernos, perdonarnos y empezar a soltar. Es un espacio seguro, siempre disponible, donde nadie te interrumpe ni como dije antes nos juzga. Es un espejo que nos devuelve la imagen de lo que está adentro, muchas veces borroso, para ayudartnos a verlo más claro.
OJO!! Escribir no reemplaza una terapia profesional, pero puede ser un complemento valioso. Y a veces, convertirse en un puente hacia ella: al revisar tus escritos puedes darte cuenta de que necesitas ayuda, o de que ya estás comenzando a sanar.
Con cariño,
✨ Ladiosaquetehabita ✨
Comentarios
Publicar un comentario