MENSAJE URGENTE PARA LA HUMANIDAD- LA LLAMADA DE LA VIRGEN

Volver al origen, al camino correcto, al alma, a Dios. Es ese volver hacia la Luz después de haber caminado demasiado tiempo en la oscuridad. 

La Virgen nos está hablando. Nos está advirtiendo con ternura, pero con urgencia. Su voz no es de condena, sino de amor de madre, un amor que no quiere perder a ninguno de sus hijos. Pero nosotros no estamos escuchando.

Ella nos llama a la conversión. No a un ritual vacío, sino a un cambio profundo, interior, sincero. Una vuelta al corazón, una vuelta a lo esencial. La humanidad ha olvidado su alma. Ha cambiado la oración por el entretenimiento, la contemplación por la prisa, la compasión por la competencia. Y así seguimos, dormidos, anestesiados, distraídos.

Vivimos como en Sodoma y Gomorra, entregados al deseo, a la evasión, a la superficialidad. Se nos olvida que no estamos aquí sólo para consumir o acumular, sino para amar, crecer y servir. Estamos en medio de una guerra espiritual, donde el ser humano se enfrenta al propio ser humano. Pero también, más profundamente, cada uno de nosotros está luchando consigo mismo: entre el ego y el alma, entre el ruido del mundo y el susurro de Dios.

La Tierra nos está gritando que basta. Está pidiendo sanación, respeto, reconciliación. Los signos están por todas partes: en el clima, en las enfermedades, en la violencia creciente, en la desesperanza de tantos corazones rotos. Pero seguimos mirando hacia otro lado.

No podemos seguir así. Cada alma cuenta. Cada acto de amor, de conciencia, de perdón, suma. No esperes que el mundo cambie si tú no cambias. No esperes que otros despierten si tú no despiertas.

Este es el tiempo. Este es el llamado.

La Virgen no quiere perder a sus hijos. Ella nos ama como sólo una madre sabe amar. Y nos espera con los brazos abiertos.

Despertemos. Regresemos. Convirtámonos.

Que este mensaje no sea una advertencia más que olvidamos mañana, sino una semilla que brote en el alma. Porque aún estamos a tiempo.

Hijos míos,
Hoy no vengo a deciros muchas cosas. Solo una, que es urgente:
aprended a ver.
No con los ojos del mundo, ni con el juicio de otros, sino con el corazón que se deja moldear por la luz.
Mucho de lo que parece bueno, no lo es.
Mucho de lo que os parece difícil, os salvará.

El discernimiento no es entenderlo todo.
Es saber por dónde camina el alma cuando el mundo tira en otra dirección.

Si no oráis, no veréis. Si no calláis por dentro, no distinguiréis.
Las voces son muchas, pero mi Hijo habla bajito.
Yo os acompaño, pero no puedo elegir por vosotros.
Cada día tenéis delante vida o muerte, verdad o mentira, humildad o orgullo.
El enemigo quiere confundiros con prisa, ruido y deseo.
Dios solo pide una cosa: espacio en vuestro corazón.
No tengáis miedo de la verdad, aunque duela.
No os dejéis engañar por lo fácil, aunque brille.
Pedid la luz. No para entenderlo todo, sino para caminar sin tropezar.
El discernimiento no se estudia, se vive.
Y se vive conmigo, si me dejáis entrar.
Os bendigo. No os suelto. Pero es hora de despertar.

María
Con cariño,
✨ Ladiosaquetehabita ✨

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