¿ HUMANOS ?

Tenía 14 años eran aproximadamente las 21:00 horas de regreso a casa después de entrenar, en la oscuridad de la noche vi como una luz brillante y veloz en el cielo se posó justo sobre mi, dorada y luz roja, estuvo cuestión de segundos y con la misma velocidad desapareció hacia atrás. Esa imagen quedó siempre grabada en mi memoria.
Mi camino no ha sido siempre visible para los demás. Desde muy joven tuve experiencias que no entraban en la cotidianeidad: imágenes que llegaban con fuerza en mi tercer ojo, sueños que traían información precisa, y sensaciones de que lo que yo percibía era tan real como la vida que todos vemos. He experimentado viajes astrales, ahora sé cómo se llaman pero no entendía ni  lo supe nombrar en su momento me he visto en otras dimensiones junto a otras almas; a menudo sentí que mi tarea era ordenar, acompañar y sanar.

No son solo visiones: llegan emociones, colores que no tienen equivalente en la Tierra —brillantes, puros, llenos de matices— y la sensación de tocar una vibración distinta. He visto seres de luz y encuentros con quienes ya han trascendido; algunos intentaron comunicarse conmigo de formas suaves y persistentes. Mi intuición se ha afinado mucho y puedo  percibir las  energías de las personas y sus estados.

Durante mucho tiempo callé por miedo al juicio por suerte hoy ya se puede hablar, poco a poco nos vamos haciendo más consciente de lo que siempre estuvo delante de nosotros. Si quieres esconder algo, ponlo a la vista de todos, lo evidente muchas veces pasa desapercibido porque la mente busca en otro lado o lo da por hecho.

Siempre me ha parecido ridículo que nosotros, los humanos, nos creamos el centro de todo. Me sorprende y me entristece ver cómo construimos muros de orgullo, de poder y de miedo, cuando la vida aquí es prestada: venimos, respiramos, hacemos lo nuestro y nos vamos.  Las luchas diarias, las pequeñas crueldades, las peleas para imponerse… todo eso se vuelve insignificante cuando empiezas a mirar con otros ojos.

No exagero cuando digo que no estamos solos en este escenario. Hay razas, formas de vida, presencias que han compartido este planeta con nosotros  y otras que nos visitan o nos ayudan desde fuera. No lo planteo como una teoría fría, sino como una experiencia y una intuición que me obliga a replantearme lo que creía: que la humanidad no es la única protagonista ni la dueña de la verdad.


No busco imponer una creencia; busco abrir conversaciones desde la honestidad. Si algo me une a todo esto es la idea de que estamos de paso y que la soberbia humana, esa que nos hace pelear por migajas, ya no tiene sentido. Hablemos, despertemos, y sobre todo, cuidémonos mientras aprendemos a mirar más allá de nuestro ego.

Ahora, muchas cosas van a empezar a hacerse visibles en el cielo. Algunas serán auténticas, otras serán manipulaciones fabricadas por quienes todavía apuestan por el miedo y el control, y habrá quien intente colar espectáculo por encima de claridad. Por eso quiero hablar claro: distinguir lo real de la máscara no es sencillo, pero callar o ignorar lo que ocurre tampoco es una opción.

Las razas que caminan entre nosotros: humanos con alma, sin alma,  híbridos...no todos los seres humanos son iguales en esencia. Aunque externamente todos parecemos humanos, no todos compartimos el mismo origen espiritual ni el mismo propósito existencial.

Hoy en día, esta idea cobra fuerza entre quienes estudian temas como la intervención extraterrestre, las razas cósmicas, los arquetipos del alma y la manipulación de la realidad planetaria.

Los humanos con alma son aquellos que provienen de una fuente divina auténtica. Son las semillas estelares, las chispas conscientes que encarnaron en este planeta con un propósito mayor: aprender, evolucionar, y ayudar al despertar colectivo.

Su alma es una conexión viva con el campo universal de conciencia. Por eso, sienten que no son de aquí, que el mundo no funciona como debería, y que algo dentro de ellos los impulsa a buscar la verdad más allá de lo visible.

Razas estelares benevolentes (pleyadianos, arturianos, sirianos, etc.)

Características comunes, alta sensibilidad emocional y energética. Intuición desarrollada. Rechazo hacia la mentira y la injusticia. Sentimiento de misión en la Tierra. Dificultades para encajar en estructuras sociales rígidas.


Intervenidos genéticamente o manipulados energéticamente. Otros podrían tener un alma fragmentada, en proceso de reintegrarse. También existen casos de descendientes de líneas extraterrestres que habitan cuerpos humanos:

Origen:

  • Proyectos híbridos (grises, anunnaki, razas mixtas)
  • Encarnaciones forzadas en cuerpos densos
  • Almas en recuperación tras fuertes traumas

Características comunes:

  • Identidad fragmentada o confusa
  • Sueños o recuerdos de otras vidas/planetas
  • Dificultades emocionales o psicológicas intensas
  • Interés por lo oculto, lo espiritual, pero con resistencia interna
  • Experiencias místicas o contactos no comprendidos

En la Tierra coexisten seres humanos que parecen humanos, pero que no tienen una conexión con el alma o la chispa divina. Son cuerpos biológicos animados por una conciencia muy básica, o incluso por una inteligencia artificial avanzada, pero sin voluntad propia ni profundidad espiritual.

Estas entidades suelen operar como programas sociales. Son fácilmente manipulables, siguen el flujo del sistema sin cuestionarlo, y a menudo sirven de canal para fuerzas más oscuras o parasitarias.

Origen:

  • Programación genética artificial (razas reptilianas o regresivas)
  • Clonaciones o líneas humanas modificadas
  • Fractura del alma o desconexión total

Características comunes:

  • Comportamientos fríos, mecánicos o altamente egoístas
  • Falta de empatía profunda
  • Apariencia humana pero energía “vacía”
  • Poca o nula capacidad de introspección
  • Susceptibles a la manipulación masiva y control mental

Mezcla de linajes

Seres humanos con  el brillo de la conciencia, son aquellos que manifiestan una profunda conexión con su interior, con los demás y con algo más grande que ellos mismos. No necesariamente tienen que pertenecer a una religión, pero su vida está orientada por valores como la compasión, la verdad, la integridad y la búsqueda del propósito.
Tienen una  luz  especial: sienten, intuyen, y muchas veces sufren porque perciben el dolor del mundo. No viven en piloto automático; están despiertos, aunque esa lucidez a veces les duela. No son perfectos, pero su camino es uno de coherencia interior.

Características comunes:
Empatía y sensibilidad profunda.
Capacidad de introspección y autoevaluación.
Preguntas existenciales: ¿Quién soy?, ¿para qué estoy aquí?
Búsqueda espiritual o filosófica.
Sentido de conexión con el todo.

Seres  humanos vacíos, personas que han perdido (o nunca han desarrollado) su conexión con lo interior, con la conciencia o con el sentido. Viven desde la superficie: automatizados, reactivos, mecánicos. Viven, pero no despiertan.

No significa necesariamente que sean malvados, pero están desconectados de lo esencial. Son el reflejo de una sociedad que premia la apariencia, el consumo, la rapidez y la indiferencia.

Señales:

Falta de empatía genuina.
Motivación basada exclusivamente en lo material o egoísta.
Vida mecánica y sin cuestionamientos.
Comportamientos manipuladores o fríos.

Aunque parezca ciencia ficción, esta visión permite comprender muchas cosas que la psicología convencional no explica: relaciones vacías, personas que actúan como robots, el sentimiento de no pertenecer, o la batalla interna que muchos viven.

Además, entender que no todos los humanos tienen el mismo origen o propósito puede ayudarnos a:

  • Ser más conscientes en nuestras elecciones de compañía
  • Protegernos energéticamente
  • Liberarnos de falsas culpas o expectativas
  • Comprender por qué ciertos sectores de la humanidad parecen completamente ajenos al despertar

Razas que aparentan ser humanas y cohabitan en la Tierra

Los Anunnaki son originarios del  Sistema estelar de Nibiru,  su aspecto humanoides altos, con rasgos nobles, siendo algunos son alados o de apariencia reptiloide.

Manipularon genéticamente al ser humano primitivo para usarlo como esclavo. Algunos linajes de poder en la Tierra (monarquías, élites financieras) tendrían sangre Anunnaki.

Objetivo, control, dominio y extracción de recursos energéticos y físicos (como el oro o la energía vital humana).


Reptilianos (Draconianos o Saurios) de la Constellación de Draco o sistemas como Alpha Draconis. Su aspecto es  Reptiloide, pero algunos pueden adoptar forma humana a través de metamorfosis energética o tecnología. Tienen una gran capacidad mental, pero carencia de empatía. Maestros del control mental y la manipulación. Se infiltran en puestos de poder.

Objetivo, control total del planeta, alimentación energética (loosh), dominio de la matriz.

Grises de origen  Zeta Reticuli,  algunos serían clones creados por otras razas.
Su aspecto se caracteriza por  cabezas grandes, piel gris, ojos negros, pequeños. Algunos "mini-grises" serían seres artificiales. Poca emocionalidad. Involucrados en abducciones y programas de hibridación. Algunos trabajan para los reptilianos.

Objetivo: Creación de híbridos, recuperación de su material genético deteriorado, monitoreo humano.

Humanos híbridos  Estelares, mezclas genéticas entre humanos y razas extraterrestres (grises, pleyadianos, sirianos, etc.).  Humanos normales, pero con rasgos inusuales (ojos, aura, sensibilidad psíquica) Sensibles, a veces inestables. Muchos no recuerdan su origen. Algunos nacen con misiones específicas. Su energía no encaja del todo en la matriz terrestre.

Objetivo: Elevar la conciencia humana, ayudar en la transición planetaria o vigilar el proceso evolutivo.

Walk-ins, son almas de otros mundos o dimensiones que entran en cuerpos humanos por acuerdo (cuando el alma original se retira). Totalmente humanos, ya que habitan un cuerpo humano existente.
Suelen experimentar una transformación repentina de personalidad, intereses, memoria. Sensación de "nueva vida".

Objetivo: Cumplir misiones específicas. A menudo llegan cuando la humanidad entra en momentos clave de transición.

Pleyadianos, de origen de las Pléyades (especialmente Alcyone). Muy parecidos a los humanos,   bellos, altos y rubios. Amorosos, conscientes, conectados con la Fuente. Algunos caminan entre nosotros encarnados como humanos.

Objetivo: Asistir a la humanidad en su evolución. Muchos actúan desde planos superiores o como guías invisibles.

Sirianos, origen  del sistema estelar de Sirio. Pueden tomar forma humana, pero algunos linajes son acuáticos o felinos en esencia. Maestros en tecnología, energía, conocimiento espiritual. Conectados con culturas antiguas como Egipto, Atlántida y Lemuria.

Objetivo: Apoyar el despertar espiritual y la activación de códigos dormidos en el ADN humano.

Andromedanos de origen de la  Galaxia de Andrómeda, humanoide, pero con una energía muy etérica. Algunos no encarnan del todo en cuerpos físicos.con conciencia elevada, sabiduría cósmica. Muy respetuosos del libre albedrío.

Objetivo: Liberar a los humanos del control oscuro y ayudar a restaurar la soberanía galáctica.

Arcontes son capaces de tomar cualquier forma forma,  pueden influenciar a humanos vacíos o manipulables. Se alimentan del miedo, odio, confusión. Controlan la mente colectiva mediante religiones dogmáticas, sistemas de creencias, guerras.

Objetivo: Mantener a la humanidad dormida y atrapada en el ciclo de reencarnación.


Simulacros humanos (NPCs o entes sin alma) su origen es producto del sistema-matriz o de ingeniería artificial. Humanos normales, pero sin alma o conciencia superior.  Comportamientos repetitivos, reacción automática, falta de introspección. Funcionan como decorado viviente.

Objetivo: Mantener el escenario social. Algunos son portales orgánicos para fuerzas externas.

No se trata de etiquetar o juzgar, sino de despertar conciencia. Esta visión puede ayudarnos a entender nuestras relaciones, a protegernos de vínculos que nos drenan, y también a reconocernos: ¿estamos viviendo con alma, o simplemente existiendo?

También nos recuerda que el alma, si se ha apagado, puede reencenderse. Que no todo está perdido, que la chispa puede estar enterrada, pero no muerta. Y que el trabajo más valioso no es el externo, sino el de volver a casa, al centro, al alma a Dios.

En un mundo que muchas veces premia lo superficial, hablar del alma es un acto de rebeldía. Reconocerla en nosotros, buscarla en los demás, cuidarla como un fuego sagrado, es el inicio de un cambio profundo, individual y colectivo.

Porque quizás el verdadero cambio del mundo no empiece en la política, en la economía ni en la tecnología, sino en el alma de quienes lo habitan.

Con cariño,
✨ Ladiosaquetehabita ✨
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