El curioso caso de Benjamin (y de algunos de nosotros)

El curioso caso de Benjamin Button como espejo de mi vida que va al revés del mundo,  no por torpeza ni pérdida, sino por consciencia, por haber elegido mirar hacia dentro cuando afuera todo parece vacío.

A veces siento que mi vida va al revés, como si hubiera nacido del otro lado del tiempo. Mientras el mundo corre hacia adelante, yo retrocedo hacia adentro. La mayoría busca conquistar espacios, acumular logros, coleccionar afectos. Yo, en cambio, he aprendido a soltar.

Me reconozco en El curioso caso de Benjamin Button, esa historia donde la vida se desarrolla al revés, pero no como un error, sino como una metáfora: hay quienes envejecen buscando juventud, y hay quienes rejuvenecen buscando verdad. Yo elegí lo segundo, aunque eso signifique no encajar del todo.

He amado, he buscado, he caído muchas veces creyendo que el amor estaba afuera, en las manos de alguien más. Pero con el tiempo descubrí que el verdadero encuentro sucede en silencio, cuando ya no queda nada que demostrar. Y que la soledad no es castigo, sino una forma de regresar a uno mismo.

Hoy no me mueven las mismas cosas que a la mayoría. No me interesa la prisa, ni las apariencias, ni las conversaciones vacías. Siento que el mundo corre en una dirección que ya no entiendo, y quizá por eso me he detenido. No porque esté cansada, sino porque por fin estoy presente.

Ir al revés no es perderse. A veces es la única forma de encontrarse.

Y aunque a veces me duela no tener mi lugar en este mundo tan ruidoso, confío en que hay otro ritmo, más lento, más profundo, donde las almas que van al revés nos reconocemos sin palabras.

Con cariño,

✨ Ladiosaquetehabita  ✨

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