La trampa del victimismo disfrazado de amor

Vivimos en una sociedad que ha normalizado el drama. Muchas personas no saben vivir sin él. Lo necesitan para sentirse vistas, cuidadas, importantes.
Se expresan a través del  no me llaman, no me hacen caso,  nadie me entiende, es que estoy enferma y nadie me cuida.
Pero lo que hay detrás de todo eso no es amor, sino miedo y carencia. Es la necesidad inconsciente de ser necesitados, de mantener un vínculo a través del dolor.

Sin darse cuenta, proyectan su vacío en los demás. Y quien es más sensible, más empático, acaba atrapado en ese papel de salvador: cargando con los dramas ajenos, intentando reparar heridas que no le pertenecen.

Llega un momento en que uno comprende que no vino a esta Tierra a ser el bastón emocional de nadie, sino a ser libre. Que el verdadero amor no retiene, no manipula, no culpa.
Y que la vida, al fin y al cabo, es un viaje temporal: nadie se queda aquí para siempre.
Entonces, ¿para qué desperdiciar el tiempo viviendo desde la queja o el control, si lo único real es este instante y la paz de ser uno mismo?

Hemos confundido el amor con cargar.
Nos enseñaron que amar es sacrificarse, aguantar, sostener a los demás, incluso cuando eso nos rompe por dentro.
Nos repitieron que ser buena persona era estar disponible siempre, aunque nos doliera, aunque el alma gritara que ya no podíamos más.

Pero eso no es amor.
El amor no duele.
El amor no exige que te traiciones para que el otro se sienta bien.
El amor no es drama, ni dependencia, ni manipulación disfrazada de cariño.

El amor verdadero libera.
Respeta los procesos de cada uno. No necesita controlar, ni convencer, ni sostener lo que ya no puede sostenerse.
El amor mira con compasión, pero también sabe decir “hasta aquí”.

Porque a veces, la forma más pura de amar es soltar.
Soltar la necesidad de que el otro cambie.
Soltar el papel de salvador.
Soltar la culpa por elegirte a ti.

Y entender que amar no es retener a nadie, ni ser indispensable para nadie.
Amar es dejar que cada alma haga su camino —y tú, el tuyo— con paz, sin miedo, sin drama.

Porque el amor, el real, no tiene cadenas.
Solo tiene verdad.
PUEDES APOYAR ESTE CONTENIDO HACIENDO UN DONATIVO EN 

Puedes visitar mis canales de YouTube en

ladiosaquetehabita1

ladiosaquetehabita2

MIS LIBROS 

✨LA sabiduría del tarot y la biblia, un camino hacia la luz


✨Los tesoros perdidos de la humanidad


✨La Luz que lo inunda todo, el retorno al ser

✨Con cariño
ladiosaquetehabita ✨ 

Comentarios

Entradas populares